En las horas previas al amanecer, la luna de Cáncer sextila a Urano en Tauro, una influencia estimulante. Si estamos dormidos, los sueños pueden presentar avances útiles. Si estamos despiertos, giros del destino unidos a una intuición sobrecargada corrigen orgánicamente el curso de conflictos problemáticos. Presta atención a los encuentros fortuitos, ya que prometen ser significativos.
Después del amanecer, Mercurio se alinea con Quirón en Aries, provocando inseguridades en torno a la comunicación. Bajo este aspecto, hablamos sin rodeos, intentando vendernos como carismáticos y valientes. Sin embargo, en nuestro interior, nos sentimos todo menos seguros. Al expresarnos, nos invaden viejos temores. Recordamos tiempos en los que se burlaban de nosotros o nos condenaban al ostracismo por ser demasiado directos. Pero reprimir nuestros sentimientos parece igualmente inauténtico. ¿Cómo afrontamos las emociones que surgen? En este caso, la única salida es a través. Reclamar nuestra voz exige que hablemos alto. Debemos defender nuestra verdad y nuestros principios. Existe la posibilidad de que, al hacerlo, la historia se repita y seamos intimidados o avergonzados. Sin embargo, ahora somos mayores, más sabios y más capaces de defendernos. Utilizando tácticas diferentes para enfrentarnos a problemas que se repiten es donde se encuentra la curación.